La Masacre de San Juan: la madrugada en que las armas callaron las voces mineras
Siglo XX, 24 de junio de 1967. En la madrugada de aquel fatídico día, fuerzas del Ejército boliviano, enviadas por René Barrientos Ortuño, atacaron al campamento minero de Siglo XX y abrieron fuego de forma indiscriminada contra la población civil. El resultado fue una de las masacres más cruentas de la historia.
Ofensiva militar y trasfondo
El régimen militar señalaba que en las minas se gestaba un plan de asalto a los cuarteles, en coordinación con la guerrilla liderada por el "Che" Guevara, que operaba en la región de Ñancahuazú. Acusación jamás probada.
Desde la instauración del gobierno militar, el 4 de noviembre de 1964, los trabajadores mineros habían comenzado un proceso de resistencia, exigiendo la restitución de derechos laborales y sociales que les fueron arrebatados tras el golpe de Estado. Como parte de esa lucha, reconstruyeron poco a poco las organizaciones sindicales y retomaron las demandas del sector.
Uno de los principales reclamos era la devolución de los salarios recortados, una reducción del 45% impuesta a los trabajadores de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), así como el cumplimiento de pliegos petitorios, el cese de los despidos, la liberación de dirigentes detenidos y el fin de la persecución política, el exilio y la deportación.
Para ejecutar la acción militar, el gobierno consideró como amenaza la creciente articulación entre la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) y los partidos clasistas, en un momento en que la minería era la principal actividad económica del país, con amplia base social.
El 23 de junio, durante un ampliado minero realizado en Siglo XX, se aprobó una resolución de apoyo logístico y solidario a la guerrilla de Ñancahuazú. Este respaldo incluía dos "mitas" (jornadas salariales), víveres y medicinas, lo que fue interpretado como una señal de colaboración con la insurgencia. El temor al "enemigo interno" terminó por justificar, ante los ojos del gobierno militar, una acción represiva desproporcionada.
La elección de la fecha no fue casual. La noche de San Juan, 23 de junio, es una festividad popular en Bolivia, marcada por fogatas, música y consumo de bebidas alcohólicas. En ese ambiente de celebración, durante la madrugada siguiente, las tropas irrumpieron sorpresivamente en los campamentos mineros. El ataque fue sigiloso y letal.
Intervinieron unidades de rangers (fuerzas especiales), infantería, apoyo aéreo, policías y efectivos de seguridad interna, con respaldo logístico de la cúpula de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL). La reacción de los trabajadores fue mínima, dada la naturaleza sorpresiva del operativo.
Saldo trágico
El ataque dejó más de 50 personas muertas, entre ellas mujeres, niños y bebés (no se cuenta con cifras exactas). Decenas resultaron heridas, otras fueron detenidas y procesadas judicialmente. A continuación, se presenta una nómina parcial de 22 víctimas identificadas en los campamentos de Siglo XX y Catavi: Ponciano Mamani (indigente), Alejandro Mamani (indigente), Nicanor Torrez Bravo (Sección Azul), Maximiliano Acho (Siglo XX), Rosendo García Maisman (exdirigente), Isaac Cazoria (Veneros), Cupertino Caballero (Siglo XX), Humberto Sanabria (Bienestar), Emiliano Acho, Julia Condori (niña de 9 años), Santos Cazoria (hijo) (niño de 8 años), Fidelia Cruz de Venavidez, Rufino Acuña, Criatura recién nacida, Mario Vargas (obrero de 30 años), Joven minero de 22 años (no identificado), Subteniente Gabriel Sequeiros (G.N.S.P.), Tomás Quispe (soldado, unidad Rangers), Otro soldado (no identificado), Niño de 14 años (no identificado), Adrián Dorotea Gonzales (indigente). También se reportó un fallecido en Huanuni: Juan Collarani.
Memoria viva
La Masacre de San Juan no solo marcó un hito, sino que también evidenció el nivel de represión al que fue sometido el movimiento obrero durante las dictaduras militares. A casi seis décadas de los hechos, la memoria colectiva del pueblo continúa honrando a las víctimas y exigiendo justicia histórica.
Fuente: "1967: San Juan. A sangre y fuego". Carlos Soria Galvarro, José Pimentel Castillo y Eduardo García Cárdenas.